El 29 de enero de 2024 en el hotel Iruña Park celebramos el evento con el profesor de historia del pensamiento político de la UPV Iñaki Iriarte. La temática elegida fue el conflicto palestino israelí.
El parlamentario de UPN nos avisó al comienzo que él es pro-palestino pero no es anti Israel. La exposición del profesor Iriarte comenzó desde el antiguo testamento y la historia antigua del pueblo de Israel que ha sido un pueblo que ha sufrido persecuciones desde tiempo inmemorial. Ahora bien, en muchas ocasiones el deseo de justicia de un pueblo acaba perjudicando y siendo injusto con otro pueblo. El libro de Isaías, en la Biblia, dice que el mundo no puede ser una lista de guerras y atrocidades consecutivas entre los pueblos. También nos explicó que el Sionismo es un movimiento secular y nos habló de uno de sus impulsores el alemán Theodor Herzl (1860-1904), periodista y activista político. Se da cuenta de que los judíos nunca serán aceptados por los demás pueblos. Herzl también cree que el pueblo judío debe tener su espacio, su tierra donde tener raíces como los demás pueblos. Además, quieren hacerlo ya y no esperar a la redención que vaticinó la Biblia, no quiere esperar a la llegada del Mesías.
La tierra donde está en la actualidad Israel pertenecía anteriormente al Imperio Otomano, y no era un desierto, pues vivían en ella medio millón de palestinos. Aunque en 1890 no estaba tan claro que se reconocieran a sí mismo como palestinos, más bien pertenecían a distintos clanes a los que eran leales. Aquellos palestinos eran los pobladores pero no eran una nación. Cuando Herzl comienza su movimiento los judíos también estaban muy divididos tanto por facciones religiosas como culturales, políticas, y un gran número de ellos estaban más ligados a su país de residencia que a la pertenencia al pueblo judío. Tampoco el imperio Otomano era mucho más que unas guarniciones militares y el cobro de impuestos.
Con la Declaración de Balfour el imperio británico reconoce en 1917 el derecho de los judíos a un “hogar nacional” pero sin perjuicio de los habitantes de la zona, ahora bien, los judíos solo eran el 10% de la población. Esta declaración sienta mal a los árabes. En 1920 los judíos reclaman los derechos sobre una gran extensión de terreno en la zona, los árabes quedan perplejos. En 1920 la sociedad de naciones concede a Inglaterra un mandato sobre la zona de la actual Palestina. En las décadas siguientes llegan más judíos, pasando a ser más del 40% de la población en 1937. Los judíos crean instituciones de un proto estado, los árabes responden creando asociaciones y grupos políticos. Comienzan los choques con las autoridades británicas, entre ellos y entre los propios clanes árabes. Hay represalias y enfrentamientos entre las tres partes. En 1937 los británicos tratan de separar en dos zonas a los judíos y los palestinos pero no lo consiguen. Los enfrentamientos y el terrorismo sacuden la zona, hasta que en 1948 llega la guerra y el ejercito árabe es barrido por los israelíes y provocan una limpieza étnica en la zona. Y siguen los enfrentamientos por décadas: en 1967 conquistarían Gaza u Cisjordania, y en 1973 la guerra del Yom Kipur, 1977 la intifada. En 1995 llegan los Acuerdos de Oslo que generan un gran optimismo internacional. Crean la Autoridad Nacional Palestina y dividen Cisjordania en tres partes. Y llegamos a la actualidad con el último y sangriento enfrentamiento, en el que tanto los palestinos como los israelíes consideran legítimo acabar unos con los otros, en una espiral de violencia que no terminará hasta que haya la “suficiente” sangre derramada. Pueden haber muerto 26.000 personas a día de hoy, y para Iñaki Iriarte no sería de extrañar que la ofensiva israelí no va a parar hasta que se llegue a los 50.000 fallecidos. Una historia de muerte, terrorismo, y desolación de la que no vemos una solución ni a corto ni a medio plazo.