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Encuentro con María Blanco, doctora en Ciencias Económicas y Empresariales

El 17 de junio tuvimos con nosotros a la economista y escritora María Blanco para presentarnos el libro “Hacienda somos todos, cariño” escrito juntamente con Carlos Rodríguez Braun y Carlos Dávila. En este libro se analiza desde el final de la dictadura franquista a la actualidad, cómo ha comunicado Hacienda la importancia de pagar impuestos. Es un libro crítico porque muestra hasta dónde se ha llegado para “vendernos” la idea de que paguemos más impuestos de los que deseamos.

María Blanco repasó los capítulos de su libro empezando por preguntarse si es tan bueno pagar impuestos y si cuantos más impuestos mejor. Franco ya hacia publicidad para fomentar el pago de impuestos, como dijo la autora “era dictador, pero no era tonto, y sabía que necesitaba el parabién de sus ciudadanos”. La autora continúo afirmando que aceptamos calladamente el pago de impuestos, porque supuestamente es por nuestro bien, y siempre es para bien. Sobre el fraude fiscal, mostró como Hacienda lo mostraba como lo peor, incluso Hacienda critica en sus anuncios el deseo de no pagar. Cuando el propio libro muestra estadísticas que muestran que el 70% de la población no quiere pagar más impuestos. Una contradicción con ese supuesto deseo de la mayoría de que se paguen muchos impuestos. Ahora bien, esos mismos que no quieren pagar más impuestos, ven bien que se les suban los impuestos a otros, a los ricos. Los ricos muchas veces reflejados como los empresarios. Personas que en algún anuncio son deshonestos con sus trabajadores, con su familia, y también en el pago de impuestos defraudando. Una imagen del empresario denigrante siendo ellos los que arriesgan su patrimonio presente y futuro en post de un beneficio futuro. Algunos anuncios de Hacienda llegan a promover delatar al vecino del que se sospecha no paga suficientes impuestos.

La izquierda ofrece determinadas cosas que el resto no. Pintan una realidad más concreta, por ejemplo, que la presión fiscal sea ilimitada. Pero hay países como México en el que una subida de la presión fiscal expulsa del sistema hacia la economía sumergida a muchos trabajadores para no pagar esos impuestos. Esto sucede en muchas economías menos controladas que la nuestra. Si el ciudadano puede no pagar impuestos, en muchos casos, no los paga.

También abordamos el tema polémico de los Youtubers que se van a Andorra. Se ha generado una opinión pública de que existe una deuda supuesta por nacer en España y si te marchas del país eres un mal patriota. No se dice lo mismo de los jóvenes que se marchan a Alemania a trabajar o de los nómadas digitales que viajan por el mundo gracias a que su vida no depende de estar adscrito a un territorio.

Los ciudadanos no saben lo que pagan porque el Hacienda utiliza múltiples impuestos para repartir la carga impositiva. Muchos se alegran de que la declaración de la renta les salga positiva pero no saben cuánto han pagado. Más el 21% de IVA de la mayoría de los productos, que viene incluido dentro del precio al público, los impuestos al vicio (tabaco, alcohol) los impuestos a la contaminación (gasolina). Adam Smith pensaba que para cobrar impuestos altos solo podría darse en dictaduras, pero no contaba con que un sistema democrático pudiera tener el nivel de las cargas actuales. La cuestión es que supuestamente la decisión es mayoritaria pero no lo es porque el 70% de los ciudadanos no quiere pagar más impuestos. María Blanco terminó su exposición reflexionando sobre quién define qué es ser solidario fiscalmente, cuánto es justo, etc. Según la economista, debe ser lo que la gente decida y no lo que decida la agencia tributaria. Y terminó la sesión respondiendo las preguntas de los asistentes.

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