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Encuentro con José Antonio Zarzalejos

Este acto contó con la mayor inscripción de asistentes en la historia de Cociudadana. Llenamos la sala del Hotel donde pudimos disfrutar de una clase magistral sobre historia de la democracia y el derecho en España, salpicada de análisis y argumentaciones que sustentaban la exposición de nuestro invitado José Antonio Zarzalejos y su visión de dónde estamos y hacia donde vamos. El acto fue presentado por Aladino Colin. En la mesa también estuvo Miguel Ángel Riezu, director del Diario de Navarra y representante de la Fundación Diario de Navarra que otorgaba al día siguiente a Zarzalejos con el primer premio José Javier Uranga de periodismo, y que preguntó al final de la ponencia al invitado. De hecho, el ponente empezó su discurso agradeciendo dicho premio y comenzó comentando que España tuvo un proceso constituyente desde 1978 por el que se dotó de instituciones respaldadas por la Constitución. Cataluña fue la comunidad autónoma en la que más síes tuvo su votación. Los años 80 y 90 fueron de legalidad constitucional muy potente. Se armaron los valores y la convivencia. Pero también se sufrió de la dureza de ETA que solo en el año 1980 mató a 99 personas, de las casi mil que asesinó en su historia sangrienta. Curiosamente la gran mayoría de asesinados no lo fueron durante el franquismo sino en las décadas de los 80 y 90. En esa época los nacionalismos no estaban desbocados.

El proceso “desconstituyente” comienza en 2014 tras los atentados del 11-M. Una pésima gestión del atentado por el PP y una posterior ruptura con el espíritu del 78 con la ley de memoria histórica y el estatuto de autonomía Catalán, declarado inconstitucional en algunos de sus artículos. La Constitución debió modificarse para adaptarse a los nuevos tiempos, pero solo se ha cambiado dos veces. En 2016 hubo dos cisnes negros el Brexit y que Trump ganara las elecciones USA, y terminara su mandato con el asalto al Capitolio. El populismo se había instalado en el mundo y por extensión en España. Aquí en 2015 estalla el bipartidismo con la aparición de Podemos y Ciudadanos. En 2016 hubo una crisis en el PSOE porque hubo quienes querían nuevas elecciones (Rubalcaba) y otros querían pactar con Podemos (Pedro Sánchez) para crear el gobierno Frankenstein que adjetivó el propio Rubalcaba. La derecha también se fragmenta más todavía con el ascenso de VOX en las elecciones andaluzas (2018). Y Juan Carlos I abdica, siendo la única persona que aparece con nombres y apellidos en la Constitución. Los borbones tienen dos pulsiones maléficas, el dinero y el sexo. El pasado 31/10 se estabiliza la monarquía constitucional con el juramento de la Princesa de Asturias.

La fase desconstituyente está en su máxima expresión con una vicepresidenta sonriente en Waterloo reunida con el prófugo Puigdemont, firma Turull que está inhabilitado y firma con el triministro Bolaños, el PNV se espera a ser el último y se erige en negociador también de Navarra, organizan una mesa de mediadores internacionales ocultos que se reúnen en Ginebra, y Bildu con condenados por terrorismo, etc.

Conclusiones; La amnistía no es solo el perdón y el olvido, son delitos inocuos y quizá legítimos, según esa ley. Y además ya no existe el delito de secesión. Se elude el delito contable por la malversación del “procés”. La policía deja de investigar, quedan amnistiados los delitos de daños y el terrorismo si no hay sentencia firme. Quieren el 100% de la recaudación de impuestos para Cataluña, y se les perdonan 15.000 millones de euros de la deuda catalana, más las cercanías de RENFE. El País Vasco consigue múltiples cesiones. Y no existe el arrepentimiento. Los protagonistas han dio que lo piensan volver a hacer. Y como consecuencia de la ley de amnistía también actuó mal el Rey cuando dijo lo que dijo. Todo ello a cambio de siete votos.

Pero, no hay que sacar los pies del tiesto. Hay que renovar el CGPJ, no hay que ir a Ferraz todas las noches, más movilizaciones pacíficas, activar los poderes constitucionales de la oposición, favorecer desde los medios de comunicación la crítica inteligente y profunda. El Rey firmará porque es su obligación, lo malo es que no deberían ponerle en esa tesitura, que le van a poner. Y en definitiva, defender nuestra monarquía parlamentaria, el Estado de derecho y la separación de los tres poderes.

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