La Asociación Co.CiudadaNa ha organizado un encuentro con dos ponencias, a modo de diálogo, en torno al Convenio Económico Navarra-Estado. Desde nuestra asociación, entendemos que el Convenio Económico representa un eficaz instrumento para nuestro autogobierno. Este año se cumplen veinticinco años del último de los cinco firmados desde 1841. De hecho, fue publicado en el BOE en diciembre de 1990. En virtud de su régimen foral, amparado y respetado por la Constitución en su Disposición Adicional Primera, el Convenio Económico entre el Estado y la Comunidad Foral de Navarra fija las relaciones financieras y tributarias entre ambas Administraciones.
Por ello, el pasado martes llevamos a cabo un diálogo con Mikel Aranburu, Consejero de Hacienda y Política Financiera del Gobierno de Navarra y con José Antonio Asiáin, exConsejero de Economía y Hacienda cuando se firmó el último convenio aludido. Con dicho acto se pretendía no sólo conmemorar este importante evento sino también divulgarlo entre la ciudadanía navarra.
José Antonio Asiáin resaltó el marco jurídico que ampara el Convenio, desde el anclaje constitucional de lanorma suprema del ordenamiento. La Constitución vigente del 78 lo ampara por primera vez. La LOFCA es consciente de ese amparo. Se trata de compaginar diversas potestades tributarias en un mismo espacio. A partir de la ley paccionada de 1841, ese sistema de financiación ha pervivido a muchos regímenes políticos y a muchos sistemas tributarios. El Convenio surge cuando Navarra se integra al mercado económico español y posteriormente se adapta a la integración en el mercado económico europeo. “No es antigualla, puede ser útil a futuro” resaltó Asiáin.
Asimismo, expresó que una eventual supresión necesitaría de una reforma constitucional de mayoría cualificada, La defensa del Convenio es sólida y le hace inmune a proclamas electoralistas. El Tribunal de Justicia Europeo se pronunció en el 2008 reconociendo los regímenes forales.
Sobre la presión fiscal global efectiva que debe tener Navarra con el Estado afirmó que no hay jurisprudencia de si es posible la presión superior. Finalizó afirmando que el Convenio no tiene peligro inminente pero hay que salir al paso en su defensa. Nos debemos regir por el rigor, firmeza y responsabilidad en su defensa. “No hace falta épica, sino un buen relato y mucho dato” remachó.
Mikel Aranburu empezó haciendo referencia a los pasos más significativos desde el punto de vista histórico. “Si en el pasado, la astucia fue empleada por los dirigentes navarros; en la actualidad debe ser la transparencia y la pedagogía nuestra mejor herramienta en su defensa.” Como hito planteó el Convenio de 1969 que nos sitúa ante un Convenio ya moderno y complejo técnicamente. También, se refirió al gran reto que hubo cuando hace 30 años se estableció el IVA. Un nuevo impuesto del que se recabó su gestión. La asunción de ese nuevo impuesto nos llevó a una compleja formula de Ajustes Fiscales que necesita ser de nuevo definida y que tuvo su punto álgido de conflicto con el IVA de VW.
El Consejero se mostró preocupado por el tamaño creciente de la Deuda Española que no sólo sirve para financiar retos de inversiones de futuro sino gasto corriente. Una Deuda que desde Navarra se financia en el 1,6% dada nuestra cuota de aportación a las cargas generales. Una aportación a la Deuda Española que se añade, como carga, a la que nosotros generamos. En esta línea, se mostró preocupado por el incremento de la aportación que ha llegado a ser de 900 euros por navarro.
Por otra parte, Aranburu considera que el Convenio navarro y el Concierto vasco han tenido y tienen muchas similitudes que se retroalimentan. Por ello es preciso cooperar conjuntamente en la defensa de esos instrumentos. Finalmente, considera que el Convenio es un sistema exportable a otras CCAA porque su base no es el privilegio sino la corresponsabilidad fiscal y la cercanía de la ciudadanía con el compromiso fiscal en el bien público
