El martes, 22 de enero, en el Hotel Muga de Beloso de Pamplona, la asociación Co.CiudadaNA organizó un encuentro sobre buen gobierno y ética pública. El formato elegido fue el de encuentro-diálogo entre dos ponentes de prestigio.
Por una parte, Daniel Innerarity, catedrático de filosofía política y social, investigador IKERBASQUE en la Universidad del País Vasco y director del Instituto de Gobernanza Democrática. Actualmente, es Director de Estudios Asociado de la Fondation Maison des Sciences de l’Homme de Paris. Entre sus últimos libros cabe destacar: Un mundo de todos y de nadie; La democracia del conocimiento; La humanidad amenazada. Es colaborador habitual de opinión en El País y El Correo/Diario Vasco, así como de la revista Claves de razón práctica. Ha recibido el Premio Príncipe de Viana de la Cultura en 2013 otorgado por el Gobierno de Navarra.
Por otra parte, Mariola Urrea, Doctora en Derecho, Diplomada en Altos Estudios de la Defensa Nacional (CESEDEN). Con una sólida formación en Derecho Internacional y Unión Europea en centros de referencia. Acredita una dilatada carrera profesional en el ámbito universitario con una amplia labor investigadora. Imparte docencia de grado y posgrado en la Universidad de La Rioja, así como en programas de posgrados de otras universidades españolas.
Aladino Colín, en su calidad de Presidente de Co.CiudadaNA, ante medio centenar de personas presentó el acto. Inició su presentación indicando que estamos ante dos intelectuales que piensan, escriben y se comprometen. Hoy en día la gran tarea de inteligencia colectiva es procurar el equilibrio ante la gran complejidad social
El formato de las ponencias fue de una primera posición por parte de los ponentes. Lo que dio lugar posteriormente a un diálogo entre los mismos. Para, finalmente, abrir un turno de preguntas al público.
La posición de partida de Daniel fue que estamos ante un mundo de incertidumbres ante lo que definió como la urberización del conocimiento. El proceso de desintermediación produce stress. Existe una gran desorientación. “Falta ordenar, categorizar, tomar criterio ante la selva que supone el conocimiento sin intermediarios”
Por otro lado, incidió en la subversión de la calidad democrática por la democracia de las audiencias. Esta etapa hace que los partidos políticos busquen el oportunismo de los electores. La “Gente” emite señales difusas que no son capaces de interpretar los partidos políticos en su función básica de canalización y de asunción de responsabilidad. Va a ser difícil dotar de coherencia a la política porque ésta se ha desprestigiado. La sociedad se ha emocionalizado y ello reporta problemas de eficiencia social.
También subrayó que hay que abandonar el esquema lineal del progreso de la historia; la civilización no solo se puede paralizar sino también retroceder.
La posición de partida de Mariola fue la de reivindicar la política como fuente de estabilidad y de equilibrio social. Pero ante el gran descrédito que sufre solo queda innovar, salirse del sistema, de “la caja”. La innovación en política pasa por desaprender, olvidar el miedo, la experiencia y el convencionalismo. Estos son los cuatro limitadores de la innovación; no se trata de adanismo sino de soltar amarras. También es preciso que la ciudadanía teste la democracia mediante la satisfacción y utilidad de la política. En otro orden de cosas, Mariola defendió y desarrolló el concepto de democracia militante. La Constitución no tiene, ni pone límites, en su marco institucional por eso llama a la preocupación el que en este momento se quiere poner límites al diálogo político. “Estamos achicando la política evitando el diálogo, la negociación” Los límites al diálogo impiden drenar el sistema y favorecen la antipolítica.
Ambos ponentes llegaron a puntos de acuerdo tales como que en estos momentos es preciso reivindicar al traidor. Es decir, aquella persona audaz que es capaz de incorporar al contrario en su pensamiento. Por otro lado, el riesgo democrático es algo inherente en la libertad; y no cabe poner cortapisas a aquello que no gusta.
En el turno de preguntas de los asistentes se debatió sobre la necesidad de búsqueda de consenso y del equilibrio necesario entre las políticas de identidad y las políticas universales.